Esquema que sintetiza los antecedentes, desarrollo y efectos de la Primera Guerra Mundial considerando elementos como la influencia de la industrialización y el imperialismo colonialista del s. XIX, la formación de alianzas estratégicas entre naciones, y la tensión geopolítica que conduce a que se desencadene el conflicto.

La Guerra del Golfo (1990-1991) fue un conflicto que marcó el inicio de una nueva era en la geopolítica mundial. Desencadenada por la invasión de Kuwait por parte de Irak, tuvo repercusiones globales al demostrar la determinación de la comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, para hacer cumplir el derecho internacional y preservar la estabilidad en el Golfo Pérsico. Esta guerra resaltó la importancia de la diplomacia, la cooperación internacional y la seguridad energética en un mundo interconectado.

La Confederación Perú-Boliviana (1836-1839) fue un intento de unir Perú y Bolivia bajo una sola entidad política y económica, liderada por Andrés de Santa Cruz. Su importancia radica en su impacto en las relaciones geopolíticas de Sudamérica. Chile y Argentina vieron la confederación como una amenaza a su influencia regional, lo que llevó a la Guerra contra la Confederación. La eventual disolución de la confederación en 1839 marcó la reafirmación de las fronteras nacionales y consolidó la independencia de Perú y Bolivia. Este evento subrayó la fragilidad de los proyectos supranacionales en la región y la importancia de la soberanía nacional.

La Guerra Fría fue un enfrentamiento ideológico y político entre Estados Unidos y la Unión Soviética que definió gran parte del siglo XX. Dividió al mundo en bloques capitalista y comunista, generando tensiones globales, guerras proxy y la carrera armamentística. La amenaza de un conflicto nuclear pendió sobre la humanidad. Aunque no hubo enfrentamientos directos entre las superpotencias, la Guerra Fría moldeó la geopolítica mundial, influyendo en la política, economía y cultura de numerosos países. Su fin en 1991 marcó el colapso del bloque soviético y el surgimiento de un nuevo orden mundial, pero su legado perdura en la política internacional contemporánea.

Las Guerras Napoleónicas, desde finales del siglo XVIII hasta principios del XIX, remodelaron Europa. Napoleón Bonaparte, líder francés, buscaba expandir su imperio y difundir los ideales de la Revolución Francesa. Sus conflictos reconfiguraron las fronteras, desafiaron el antiguo orden y fomentaron el nacionalismo. Aunque finalmente fue derrotado, su legado incluye reformas legales y administrativas que perduran en muchas partes de Europa. Las Guerras Napoleónicas también catalizaron movimientos de independencia en América Latina y estimularon cambios sociales y políticos en toda Europa. Su impacto sigue resonando en la geopolítica mundial.

La Revolución Iraní de 1979 derrocó la monarquía del Sha, estableciendo una república islámica liderada por el Ayatolá Jomeini. Marcó un cambio radical en la política y la religión en Irán, desafiando la influencia occidental y promoviendo un gobierno teocrático. Esto tuvo repercusiones regionales y globales, desestabilizando el Medio Oriente y generando tensiones con países occidentales. Además, la Revolución Iraní inspiró movimientos islámicos en todo el mundo y redefinió las dinámicas de poder en la región, especialmente en relación con Israel y Estados Unidos. Su legado sigue influenciando la política y la geopolítica en el Medio Oriente y más allá.

La Guerra de Malvinas fue un conflicto entre Argentina y el Reino Unido en 1982 por la soberanía de las Islas Malvinas. Aunque breve, tuvo un gran impacto en ambos países. Para Argentina, representó un intento por recuperar territorio perdido y fortaleció la identidad nacional. Para el Reino Unido, afirmó su control sobre los territorios de ultramar y reafirmó su posición como potencia militar. Además, la guerra tuvo repercusiones geopolíticas y sociales en América Latina y el mundo, y dejó una marca profunda en la memoria colectiva de ambos países. La guerra resalta la importancia de la diplomacia y la resolución pacífica de conflictos internacionales.

El colapso de la Unión Soviética en 1991 marcó el fin de la Guerra Fría y un cambio geopolítico significativo. Desencadenó la independencia de las repúblicas soviéticas y el ascenso de nuevos estados. Esto reconfiguró el mapa político mundial y condujo a un mundo post-bipolar. El evento también simbolizó el fracaso del comunismo en Europa del Este y la transición hacia la democracia y la economía de mercado en la región. El colapso de la Unión Soviética tuvo un impacto duradero en la política internacional, las relaciones entre estados y la forma en que se percibe el equilibrio de poder global.

Esquema que sintetiza las características y procesos definitorios del período comprendido entre el final de la Primera Guerra Mundial y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, considerando aspectos tales como los cambios económicos y geopolíticos, y las transformaciones culturales a las que da lugar.