La Guerra entre Estados Unidos y México (1846-1848) fue un conflicto de consecuencias trascendentales. Desencadenada por disputas territoriales, principalmente sobre Texas, la guerra llevó a la anexión de vastos territorios mexicanos por parte de Estados Unidos tras la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848. Este tratado no solo estableció los límites entre los dos países, sino que también otorgó a Estados Unidos la actual California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, y partes de Colorado y Wyoming. La guerra exacerbó las tensiones sobre la expansión del esclavismo en Estados Unidos y dejó profundas heridas en la memoria colectiva mexicana, alimentando resentimientos y cuestionamientos sobre la justicia de la conquista. En Estados Unidos, contribuyó a la consolidación del concepto de "Destino Manifiesto", que promovía la expansión territorial hacia el oeste. Esta guerra marcó una fase crítica en la historia de ambos países, moldeando las fronteras y la identidad nacional de cada uno.
No hay comentarios aún, ¡escribe uno!