El cuaderno de caligrafía es una herramienta fundamental en el proceso de alfabetización inicial, ya que favorece el desarrollo de la motricidad fina, la coordinación viso-motriz y la adquisición del trazo correcto de las letras. A través de la práctica repetida y guiada, los estudiantes mejoran su legibilidad, adquieren mayor precisión y ritmo en la escritura, y desarrollan hábitos de orden y prolijidad. Además, la caligrafía contribuye a reforzar la memoria visual de las palabras, lo que incide positivamente en la ortografía y la lectoescritura en general. En este sentido, el cuaderno de caligrafía no solo fortalece la escritura, sino que también es un recurso que apoya el aprendizaje integral del lenguaje.